Charla de directores en la Escuela de Cine -  Carlos Sorín

Charla de directores en la Escuela de Cine –  Carlos Sorín

Por Melina Andrea Dulci

En el marco del Festival de Cine Gerardo Vallejo, junto con el apoyo de nuestra Escuela Universitaria de Cine, Video y Televisión se realizó una “Charla de Directores”, con la presencia del prestigioso realizador Carlos Sorín.

 

El día amaneció nublado, con una llovizna que invitaba a quedarse en casa, luego de los días atípicos de calor fue un alivio para los amantes del frío y  una mala señal para quienes venían disfrutando del ambiente primaveral en pleno julio. ¿Frutilla del postre?, Yerba Buena quedó sin luz por un corte programado, aunque nada de eso aplacó la gran charla que se dio en nuestra querida aula A, ya que las penumbras y el goteo constante de la lluvia crearon un ambiente íntimo y relajado para conversar con este gran maestro. 

Con la modestia que lo caracteriza compartió sin tapujos sus experiencias de trabajo y sus formas de hacer cine. “Siempre que trabajo con no actores me repito que nunca más lo voy a volver a hacer, y lo hago” dijo Sorín. “La clave es no pedirles que actúen, hacer de sí mismos, de lo que ya conocen” continuó, pero sí a

dvirtió que hay personajes que requieren una profundidad a la que sólo un actor preparado puede llegar.

Al preguntarle sobre sus procesos de castings para buscar “no actores” explicó que no les pide hacer nada en particular y mucho menos darles el guión o una escena para que lean, simplemente les indica que hagan lo que tengan ganas de hacer frente a cámara, incluso si eso es quedarse quietos allí. “A uno de los actores de Historias Mínimas lo elegí porque me gustó como movía las orejas” comentó riendo.

Compartió su experiencia en su última película El cuaderno de Tomy, la cual fue estrenada y producida por Netflix y varias preguntas de los presentes fueron para ahondar más en esa relación con la plataforma ¿Netflix interviene mucho en la historia?, ¿permiten que uno haga un montaje propio?, ¿cómo se estructuran los pagos?, con sinceridad contestó una a una e hizo hincapié en que fue la producción con más presupuesto en la que trabajó: “había más mozos en el servicio de catering que personas en mi equipo técnico” comentó bromeando. 

Ante la pregunta de “por qué él mismo es guionista, director y editor de sus películas” declaró que para él son tres etapas de un mismo trabajo “el trabajo del autor, sobre todo en la etapa de edición donde uno termina de escribir la historia”, aunque también confesó que para que eso resulte bien se toma su tiempo para editar (entre 4 y 5 meses). A veces trabaja una escena y deja pasar una semana hasta volver a poner manos sobre ella, para poder tomar distancia y ver si luego de ese tiempo considera que sigue funcionando.

Lo mismo sucede con el trabajo de escritura, “con El cuaderno de Tomy estuve un año con el guión, porque era una historia real y necesitaba mucha investigación”.

Un presente levantó la mano, “¿cómo es su relación de director con la producción?”, a lo que él respondió que siempre es buena, “soy el productor de mis propias películas, y ante una discusión entre dirección y producción, siempre gana el director” dijo sonriendo. Continuó con un ejemplo,  cuando trabaja con no actores intenta filmar de manera lineal a la historia , “si tengo que hacer 800km de ida y 800km de vuelta porque así es la historia lo hago”, es así así puede tr

abajar el desarrollo del personaje a pesar de los costos de producción que eso implica.

La charla de casi dos horas terminó con el cálido aplauso de los presentes y un profundo agradecimiento por el tiempo compartido, sumado a la advertencia que hay que estar preparados para los nuevos formatos que se vienen: “lo inmersivo es lo inmediato, en mi casa hacemos reuniones con mis nietos dentro de una nave espacial, eso es lo que se viene” concluyó.

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